El que acaba de terminar ha sido un fin de semana bastante complicado para el sevillismo. Las aguas bajan revueltas, demasiado revueltas, y no me refiero sólo a la irregular marcha del equipo esta temporada. De hecho, para mí, eso queda en un segundo plano, toda vez que aún no ha concluido la primera vuelta y, al menos en liga, la situación en perfectamente reconducible, sobre todo teniendo en cuenta que sólo estamos a un punto de la zona europea y a cinco del cuarto puesto, que da acceso a la Liga de Campeones.
Para los exquisitos, los que manipulan y tergiversan y los que no se leen los posts completos, u obvian ciertas partes de los mismos para centrarse en lo que les interesa, cuando hablo de "reconducible", no me refiero a que esté a favor o en contra de la continuidad de Marcelino. Hablo de que las distancias son ridículas con una vuelta completa (más un partido) pendientes de jugar. Sin ir más lejos, el año pasado (a pesar de llevar un punto más) a estas alturas andábamos más abajo en la tabla y más lejos de los objetivos. Por tanto, con Marcelino o sin él, la situación es fácilmente corregible a nada que el equipo meta goles, que es lo que parece que nos falta ahora.
Así pues, no es eso lo que más me preocupa. Sé que hay muchos que están pidiendo la cabeza de Marcelino. Y me parece normal, dado el pobre rendimiento que está sacando a la plantilla. Claro que a mí gustaría que, a parte de eso, también expresaran su opinión acerca de quién podría venir que le mejorase. Si me preguntan a mí acerca de si querría que echaran al entrenador, yo diría sin duda que si, si en su lugar se va a traer a Louis Van Gaal, o a Rafa Benítez, o a Frank Rijkaard, o a Marco Van Basten... Pero para traer a Quique Sánchez Flores (rumor oficial - valga la contradicción - de la actualidad), pues no sé yo qué decir. No digo que no. Digo que no sé yo qué decir. Yo soy mucho de tirar de experiencias, y recuerdo que cuando Jiménez era el entrenador y muchos sevillistas decían que cualquiera que viniera sería mejor, uno de los nombres que más sonaban para suplir al de Arahal era precisamente el de Marcelino. Pues bien, Marcelino, no es que no mejore a Jiménez, es que está años luz de lo que hizo Jiménez. Y en aquel equipo de Jiménez estaban, a la vez, Mosquera, Romaric, Duscher, Chevantón, Acosta... vamos, muchos de esos jugadores que tan malos eran y a los que había que echar como fuera. Sí, cierto, también estaban Luis Fabiano y Kanouté con tres años menos. O sea, había gol. Justo lo que nos falta ahora mismo. Con un poco más de gol, y jugando tan rematadamente mal como lo venimos haciendo hasta ahora, el Sevilla estaría en zona Champions, en cuartos de final de la Copa del Rey y habría jugado la fase de grupos de la Europa League.
¿Que no?
¿Recuerdan el partido contra el Levante? Gol en contra de chiste e inoperancia ante la portería del rival. De haber ganado ese partido (oportunidades de gol hubo), hoy seríamos cuartos.
En Copa del Rey, sólo con un gol más en la suma de los dos partidos, habríamos pasado (aquí también hubo ocasiones, tiros al palo, un gol legal anulado...)
¿Qué habría pasado contra el Hannover de haber marcado un gol más? Pues que habríamos pasado.
Vuelvo a repetir, para los que no se leen los posts completos o para los que se empeñan en tergiversar.
NO DEFIENDO A MARCELINO
Quiero que se vaya si va a venir alguien que le mejore. Por favor, acepto sugerencias.
Vuelvo a repetir otra vez.
SUGERENCIAS. ALTERNATIVAS. NO SOLO NEGAR LA MAYOR.
Es que uno se cansa de emplear horas en buscar argumentos y exponerlos con la mayor claridad que mis entendederas me permiten, para que luego lleguen otros y se despachen con una frase de cinco palabras, negándolo todo con ello y sin ofrecer alternativas ni argumentos en contra.
Lo que quiero decir es que la línea que nos separa este año el éxito y el fracaso es muy fina. Tan fina que sólo con tres goles más, ahora mismo estaríamos cumpliendo los objetivos. Tan fina que de haber tenido un mínimo (MINIMO) más de acierto de cara a portería, se habrían ganado partidos que hemos empatado o perdido por la mínima. El equipo hubiese cogido una confianza que ahora no tiene. La afición estaría mucho más relajada de lo que ahora lo está, por lo que la presión contra los profesionales sería muchísimo menor y estos estarían menos atenazados. Eso redundaría en beneficio del equipo, Marcelino tendría el crédito que ahora no tiene, los jugadores se apoyarían en él y, en definitiva, la rueda giraría hacia adelante, y no hacia atrás como parece que lo hacer ahora.
Y eso jugando tan mal como lo estamos haciendo. Insisto, la diferencia entre el éxito y el fracaso es mínima. No escandalosa, como le ocurre al Villarreal, sino mínima. La temporada no está siendo un desastre. Desastre es, otra vez, lo del Villarreal. La temporada está siendo mediocre. Muy, muy mediocre. No muy buena, ni buena, ni medio buena, ni siquiera aceptable. MEDIOCRE. Pero no un desastre. Y menos con más de una vuelta por delante.
Por tanto, y a la vista de que, dado que la diferencia con el éxito es mínima, la situación es perfectamente reconducible, no es esto lo que más me preocupa. Lo que me tiene completamente entristecido es la actitud de la afición, de nosotros, de esa especie de lucha fraticida en la que andamos inmersos (o en la que nos quieren meter a los que huimos de ella). Se está llegando a un punto de insostenibilidad que veremos a ver en qué desemboca. Hay gente que ha perdido la cabeza. Insultos por doquier, odios que florecen y salen a la superficie, agresiones a los futbolistas, faltas continuadas de respeto a quienes tantísima gloria nos han dado. Para echarse a llorar y no parar en una temporada. ¿En qué nos estamos convirtiendo?
Los hay que dicen que si Marcelino se marchase, todo cambiaría. Claro que eso mismo se decía con Jiménez, con Alvarez, con Manzano, y todo sigue igual, o peor.
Otros, apoyándose en esto, afirman que quien se debe ir es Del Nido. Y Monchi. Y Vizcaíno. Y todo el mundo si les dejamos explayarse. Claro que no hablan de lo que se le podría venir encima al Sevilla caso de que los que sostienen el status quo en la actualidad dejasen de hacerlo. Los cambios vienen bien siempre que lo nuevo mejore lo anterior. Pero si eso no es factible, mejor quedarse como se está hasta que surja esa alternativa mejor. Esto es tan de sentido común que me siento casi ridículo teniéndolo que escribir.
También se les echa las culpas a los Medios Oficiales. Y no voy a ser yo quien defienda los MMOO porque ya hace tiempo que no los escucho, salvo ciertos programas cuando me es posible. Como la Red Blanca y Roja, por ejemplo, que, por cierto, el viernes pasado no tuve ocasión de seguir y que también ahí se ha desatado cierta polémica. Si es que cuando los ánimos están crispados...
Por lo demás, no sigo los MMOO porque me carga tanta autocomplacencia. No me molesta, no me crispa, no me enfada. Simplemente, no me gusta y por eso no lo escucho. Sin más. Por tanto, no veo por qué van a ser esos medios los culpables de la situación. Unos medios pagados por el Sevilla y que defienden al Sevilla hasta extremos que a muchos les parecen ridículos. Y reconociendo ciertos comportamientos a veces fuera de lugar (si son ciertos, que yo no he sido testigo de ellos), eso no puede ser causa de nada tan grave. No se les escucha y punto. Y si alguien quiere llevar a cabo un ejercicio de masoquismo escuchándoles cuando no les gusta, pues allá él, pero que no le echen las culpas de que se digan y hagan barbaridades por ahí.
En mi opinión, esto es un tema de educación, de la que no tienen muchas personas. Y eso sólo se me ocurre que sea culpa de sus padres, que no se la dieron porque no supieron, no quisieron, no pudieron o directamente porque no la tenían. Y de lo que no se tiene, no se puede dar.
Esto no tiene nada que ver con que el equipo vaya bien o vaya mal. Ni con que el entrenador sea Marcelino o cualquier otro, ni tampoco con la supuesta calidad de los jugadores o su compromiso. Ni con Del Nido, ni Monchi, ni Vizcaíno ni sus madres benditas, todas y cada una de ellas. Esto no es cosa de los medios oficiales, ni de unos blogueros que se enfrentan otros, ni nada por el estilo. Ni siquiera se trata de la prensa deportiva local, que en muchos aspectos es una verdadera porquería.
Aquí, el problema es que hay una serie de individuos que no tienen educación, ni clase, ni respeto ni Dios que se lo ponga. Que no son capaces de aceptar que el que tiene enfrente puede que no piense del mismo modo que él. Que no le llegan las luces para comunicarse con los demás, debatir, compartir impresiones y aprender de la sabiduría del otro a la vez que se otro aprende con la suya (si la tuviera). Que cuando eran pequeños se llevaba la pelota si perdían porque era suya, y cuando son mayores se lleva el Scatergories. Que si no llevan razón, o si no se la dan, pues se cabrean. Que se escudan en el semi anonimato (o anonimato directamente) de la Red para desfogarse. Que no son capaces de pararse a recapacitar, no sea que se den cuenta de que no llevan toda la razón. Y eso no puede ser. Que no tienen la inteligencia suficiente para comprender que entre el blanco y el negro hay una enorme variedad de tonos grises.
Y entre ellos, además, los hay violentos.
Todo esto es verdaderamente triste. Y lo peor de todo es que afecta enormemente al equipo, a su rendimiento. Esta semana se está llegando al colmo de agredir a los futbolistas, lo cual ya clama al cielo. Es una desproporción tan grande la que hay entre la situación del equipo y la actitud de estos tipos. Los que agreden físicamente y los que lo hacen verbalmente.
A tres goles de cumplir los objetivos. A tres míseros goles. Y jugando fatal. O sea, cuando el equipo juega fatal, se queda a esa nimiedad de lograr lo que se propone. ¿De verdad es para ponerse así? Si miramos la clasificación histórica de la liga, aparecemos en el 7º puesto. El mismo que ocupamos en estos momentos. Esa es la media de nuestras 68 temporadas en Primera. Y de la palabra media se deriva el vocablo mediocre. Insisto, no desastre, sino mediocre.
Para los que se han olvidado de lo que ponía a mitad del post, repito por tercera vez: No es una defensa de Marcelino. Que lo echen si es necesario. Que lo hagan sin duda si se ha puesto a tiro algún entrenador que lo mejore. Pero, si es posible, si nos llegan las entendederas, las neuronas, los coeficientes intelectuales, intentemos valorar las cosas en su justa medida. En su tono grisáceo correspondiente. Si es posible, vamos, si somos capaces, que igual no lo somos y estoy pidiendo demasiado.
De todo esto, lo que más me entristece es que, a día de hoy, la afición del Sevilla no está preparada para afrontar un proyecto deportivo a medio plazo. No somos capaces de mantener la cabeza fría. En cuanto se tuerce un poco el asunto, se forma la que se está formando en estos días. Cada vez que me acuerdo de que Johann Cruyff fracasó en sus dos primeras temporadas en el Barcelona... Y la que formó luego...
Eso en el Sevilla no es posible, A día de hoy, no. Simple y llanamente porque somos tal cual se indica en la foto de a continuación:
Y además, los hay violentos.