sábado, 29 de septiembre de 2012

Con el cuchillo entre los dientes...

Esta mañana, mientras desayunaba antes de venir al trabajo, echaron por televisión una breve crónica previa al partido de esta noche y me comentó mi mujer que había escuchado ayer a Michel defendiendo el lema que creó Palop en twitter (#NervionNoRegalaPuntos). Lo hacía medio en broma recordando el modo en que hemos perdido en los últimos años en casa contra los dos grandes. Os recuerdo que ella es madridista y que de vez en cuando me pica con el asunto, como es natural. Aunque últimamente anda un poco más comedida, que también es de entender. Y a mí se me encendió la vena de grandeza sevillista y le contesté algo así como:

- Pues claro que no. Siempre ha sido así. El Sánchez Pizjuán siempre ha sido un campo difícil para los rivales y lo de estos últimos tiempos ha sido intolerable. 

Y es verdad. Claro que es verdad. Llevamos los sevillistas unos años indignados con el equipo por salir al campo sin ganas, con indolencia, regalando goles y puntos. Y lo del otro día contra el Madrid no deja de ser un rayo de esperanza. El Sevilla en casa tiene que ser un hueso, un dolor de cabeza para el rival, que no sólo Tito Vilanova, sino muchos más (todos, si es posible) aseguren que sus peores momentos como profesionales del fútbol los pasaron en el Sánchez Pizjuán. 

El equipo tiene que salir siempre con el cuchillo entre los dientes, dispuesto a comerse al rival. Si no es a goles, a golpes y patadas. Que los jugadores contrarios nunca dejen de sentir el aliento de los nuestros en el cogote. Nuestros futbolistas han de jugar como lo hicieron contra Real Madrid o Deportivo, han de buscar, no sólo ganar, sino machacar, de manera que en el minuto 85, aun ganando, se presione al portero rival para conseguir un gol con el culo. Con el culo, con el hombro, con la rodilla o con la entrepierna si es necesario. 

Eso es lo que queremos ver esta noche. Si vemos eso, la derrota no nos importará más allá de lo que significa no sumar tres puntos que, gracias al trabajo bien hecho hasta ahora, no nos son vitales. Y menos enfrentándonos a todo un Barcelona. 

Dentro de sus virtudes y sus defectos, asumiendo sus cosas buenas y sus cosas malas, hay una cosa de Michel que me gusta mucho. Muchísimo. Y es que parece comprender cual es la grandeza del Sevilla FC. Lo que significa. No anda perdido, ha conectado con el club. Puede que sea de boquilla, a la vista de lo buen comunicador que es, pero para el caso no importa. Si el entrenador sabe lo que se trae entre manos, conoce la grandeza del club (más allá de sus éxitos o fracasos circunstanciales), es consciente de que se le exige no son solamente puntos (o no necesariamente) sino una actitud, un respeto a nuestra historia, un mantenimiento del prestigio, pues habremos ganado mucho. 

El himno oficial dice que somos "el equipo de la casta y del coraje". El del centenario asegura que "nunca se rinde". Eso no son sólo palabras que se escriben y cantan. Esa es nuestra razón de ser, nuestra alma, nuestra filosofía, más allá que juguemos más defensivos, más al ataque, con más posesión o arropaditos y virgencita que me quede como estoy. Más allá incluso del arte y filigrana propio de lo que se conoce como escuela sevillana (o sevillista, como me gusta llamarla a mí). El arte y filigrana está muy bien, nos encanta, nos entusiasma. Pero después de lo otro. Primero a luchar, a apretar, a martirizar al contrario. Y luego, si se puede, cuando se consigue lo anterior, pues nos adornamos si queremos. 

Así veo yo el fútbol. Así me gusta a mí. 

Claro que si el equipo (cualquier equipo) sigue esas directrices a rajatabla, los resultados vienen. Y las oportunidades de adornarse, también. Puede que pasen cosas como lo de Vallecas, pero hasta el entrenador rival reconoció que ese partido lo ganamos 49 de 50 veces. 

Por tanto, ya sabemos lo que hay que hacer esta noche. Ya lo sabe el entrenador, ya lo saben los jugadores y ya han comprobado que así se ganan partidos. Que sigan por ese camino. Que sigan porque hacía mucho tiempo que la afición no deseaba con toda su alma que llegara la hora del partido que les enfrenta al Barcelona. Y eso es así porque sabemos que, así, podemos. 

jueves, 27 de septiembre de 2012

El árbol y las nueces

Este es el título de un libro publicado en el año 2000 por dos periodistas especializadas en la lucha contra ETA. No es el tema que voy a tratar, pero el título de dicho libro (que se basa en una frase del líder del PNV de aquel momento, Xabier Arzalluz), tiene un significado que viene a cuento con lo quiero decir hoy.

La frase en cuestión es la siguiente:

"No conozco ningún pueblo que haya alcanzado su liberación sin que unos arreen y otros discutan. Unos sacuden el árbol, pero sin romperlo, para que caigan las nueces, y otros las recogen para repartirlas."

La pronunció en una reunión con representantes de los abertzales y se refería, evidentemente, a ETA (los que arrean, los que sacuden el árbol) y a lo que pretenden hacer ellos, el PNV (discutir, recoger las nueces y repartirlas). Como si fueran un equipo. Unos hacen una cosa y otros, la otra. 

Esto lo digo para explicar el por qué del título del post, por favor, que nadie me malinterprete creando analogías entre ETA y a lo que me voy a referir a continuación. 

Esta semana se están produciendo multitudinarias manifestaciones en España en protesta por la escabechina que nos está haciendo el Gobierno en los últimos tiempos. Son manifestaciones de gente indignada, harta de todo, hastiada y, sobre todo, enfadada. Muy enfadada. A ellas acuden personas de toda clase y condición porque, por desgracia, esta maldita crisis económicas se parece a la muerte en el sentido de que nos toca a todos sin distinción. Da igual en qué estatus o posición te encuentres, cual sea tu nacionalidad, raza, cultura o religión. A todos nos lleva por delante o amenaza con hacerlo. De una manera o de otra. La población entiende que, aun habiendo hecho cosas mal en el pasado, no es la máxima culpable de la situación. Y señala con el dedo a la clase política por acción (por haber cometido gravísimos errores en el pasado) y/o por omisión (por no asumirlos, por no actuar con responsabilidad y por no hacer pagar a los verdaderos culpables)

Curiosamente, esto no es una guerra de siglas. Ni siquiera de ideologías. Es cierto que lo que se reclama casa más con la izquierda que con la derecha, pero no se defiende a un partido u a otro. No se trata de que deje de gobernar la derecha para que lo haga la izquierda porque, gobernando la izquierda, se produjo la histórica manifestación del 15M, precursora de todos los movimientos posteriores que está habiendo. Por tanto, no es que se esté produciendo algo así como una lucha de clases al estilo de las revoluciones de los siglos XIX y XX. Esto es otra cosa, y quien no lo asuma como tal, creo que se está equivocando al diagnosticar la situación. 

En mi opinión, y así lo siento yo, los términos "izquierda" y "derecha" comienzan a dejar de tener sentido. O mejor, "partidos de izquierdas" y "partidos de derechas". Aquí se está hablando de personas. De la actitud de ciertas personas, en este caso políticos, incapaces de gobernar para el pueblo, sino para los mercados. Yo no digo que se de la espalda a lo que el mundo actual reclama, sobre todo por que son esos "mercados" los que dan el dinero que necesitamos para que nuestro estado del bienestar se pueda mantener. Pero dar la espalda al pueblo como se está haciendo últimamente, exprimirlo, agobiarlo, arruinarlo..., y que los culpables de la situación, no solo se vayan de rositas, sino también forrados de dinero..., eso es intolerable. 

Sin embargo, hay partidos que tratan desesperadamente de sacar rédito de esta situación. Los hay ahora y los había antes, cuando los que estaban en el poder antes eran otros a los que están ahora. Aquí no se libra ni Dios de esta crítica. Como digo en título, unos agitan el árbol y otros tratan de recoger las nueces. Para repartirlas. Pero prometen repartirlas entre todos, aunque todos tememos que se las quedarían para ellos. Y ya no nos fiamos. Hace tiempo que no lo hacemos. 

Ya lo he dicho más de una vez, estoy tremendamente harto de que haya personas (en todos los ámbitos) que se crean con el derecho de hablar en mi nombre (como ciudadano, como sevillista, como lo que sea). Ayer, Rajoy quiso hacerlo y me indignó. Ayer, Rajoy dijo que saludaba a esa mayoría silenciosa que no se manifiesta, como queriendo decir que todo el que no se manifestó apoya sus políticas. Y a mí me sentó como si se estuviese riendo en mi puta cara. Yo, que no me manifesté porque no pude. No puedo hacerlo, no me lo puedo permitir. Soy autónomo y por culpa de políticas como la de este señor (y las del anterior y tal), vivo ahogado entre todos los pagos que tengo que hacer para poder seguir abriendo la puerta de mi negocio. Pagos cuyos importes no dejan de subir por lo que todos sabemos. Ir a una manifestación en día laborable me supone tener que cerrar una tarde, lo cual se traduce en alrededor de cien euros que no me sobran. Que me faltan. Ni más ni menos. Puede que alguno diga que eso es poco dinero. Bien, pues ese "alguno" no tiene ni pajolera idea de mi situación. Ni de la mía ni de la de muchísimos pequeños empresarios que luchan por evitar que la situación que vivimos les arrolle y mande a vivir debajo de un puente. Y no estoy exagerando ni lo más mínimo. Por tanto, que por el hecho de no haber podido ir a una manifestación me utilicen como arma contra los que sí que lo hicieron me parece aberrante, un insulto, algo totalmente intolerable. 

Pero es que luego vienen los otros, los del otro signo, los de las otras siglas, tratando de recoger las nueces que cae de los árboles que movemos los oprimidos. Utilizan la indignación de la gente para cargar contra los que gobiernan sin acordarse de que ellos gobernaron (o apoyaron a los que lo hacían) hace menos de un año. De que ellos son igualmente culpables de lo que nos está ocurriendo. De que las manifestaciones y protestas también son contra ellos. 

A ver, que demuestren las luces que tienen (si es que las tienen). Cuando una masa enfurecida les grita en la cara ¡NO NOS REPRESENTÁIS! ¿A qué creen que se refieren? ¿Tan difícil es de comprender? ¿Tan cortitos sois?

NO NOS REPRESENTÁIS

Y lo dice alguien que no fue a la manifestación y que rechaza el saludo del presidente porque no fui por su culpa. Por la suya y por la de la inmensa mayoría de los que ocupan ese edificio de Madrid que tiene unas esculturas de leones en la puerta. 

Estos tíos (y tías, que no se me enfaden Pajín, Aido y cía) no se enteran de que no queremos que recojan ninguna nuez. De que no queremos que nos utilicen para sus guerras. De que no vamos a permitir que se aprovechen de nuestros esfuerzos agitando árboles para que ellos se lo lleven calentito. No se enteran de que lo que esta gente que se manifiesta busca no es que cambien las siglas del gobierno, sino la forma de gobernar. De que lo que quieren no es que caiga el partido tal para dar paso al partido cual, sino que quien esté en el gobierno, gobierne para el pueblo, no para otros intereses. No se trata de ideologías porque ningún partido de ninguna ideología de entre los que han gobernado o apoyado a los gobiernos en los últimos años se libra de nuestras iras. 

Y eso no tiene absolutamente nada que ver con izquierda o derecha, sino con personas. Con lo que esas personas con poder han hecho con el mismo. 

martes, 25 de septiembre de 2012

La importancia de meter un gol con el culo.

El tanto que metió ayer Rakitic es pura chorra. Es el gol tonto de la jornada, un fallo en cadena de la defensa del Deportivo que acaba en gol con el culo. EL summum de la suerte. Rakitic andaba por allí y le rebotó el balón. Dicho balón le pudo haber dado en la cara y causarle una conmoción (exagerando), o en la entrepierna y que la conmoción la tuviésemos los espectadores varones imaginándonos que fuésemos nosotros los que nos retorciésemos de dolor mientras lo hace el croata sobre el césped. También, y aceptando que le da en el culo de lleno, la pelota podría haberse ido hacia el lado izquierdo, o al derecho, o hacia abajo..., incluso disparada camino de la grada alta o las nubes directamente. Hasta podría haber vuelto a rebotar sobre el propio portero, evitándose así el gol. 

Pero no. El balón acabó dentro para regocijo de todos los de esta parte. Por cierto, duda que me entra. ¿Se puede considerar este como uno de los goles de la segunda línea que tanto reclama Michel? ¿O es demasiado chorra como para siquiera tenerlo en cuenta?

Pues eso, que el balón acabó dentro y el Sevilla puso el 0-2 en el marcador cuando un 0-1 hubiese hecho más justicia en función del juego de ambos equipos. Sin embargo, la importancia de meter ese gol con el culo no está tanto en colarla dentro, sino en el hecho de que un tío como Iván Rakitic estaba, en el minuto 84 de partido, presionando la salida del balón del rival a la altura del portero. Esto es algo completamente nuevo, al menos respecto a lo visto la temporada pasada. 

Hace ya bastante tiempo, años incluso, que la afición se queja amargamente de la falta de actitud del equipo. En concreto, se ha dado muchas veces un hecho sintomático de ello. Cuando el equipo del final de Jiménez, de Alvarez, de Manzano, de Marcelino, incluso de Michel (a veces) el año pasado se ponía delante en el marcador, daba un paso atrás, reculaba, le entregaba el balón al rival y este nos asediaba hasta empatarnos, darle la vuelta al marcador o, en el mejor de los casos, hacernos pasar las fatiguitas de la muerte mirando el reloj con desesperación. Esto no se da en el año presente y hasta ahora. 

Que Negredo no anda para nada fino es cierto. Que jugadores como Coke, Fazio. Reyes o Manu están en el punto de mira de la afición por bajo rendimiento, también. Que el equipo arriba no va bien y le cuesta un horror meter un gol, evidente. Siguen habiendo fallos, errores, cosas que mejorar. Totalmente cierto y necesario ponerse a ello. Pero que la actitud de los jugadores se ha dado la vuelta como un calcetín es indudable. 

No voy a entrar ahora en alabar el juego de Maduro y la forma en que equilibra en centro del campo. Tampoco de la barbaridad de jugador que es Navas, que igual que corre y corre a lo largo de los partidos, pasa un año tras otro y no para de crecer y de mejorar. Ni siquiera del buen hacer de Cicinho, de la vuelta de Ivan Rakitic (que parece que dejó a Dejan en Croacia dedicándose a lo que sabe, a representarle), ni de la consistencia de la pareja Botía - Spahic. Todo eso está muy bien, pero no voy por ahí. 

Lo que de verdad me ilusiona es ver a mi equipo ganando a domicilio, en el minuto ochenta y pico y presionando al rival en el área de este. Eso sí que me ilusiona, eso sí que me hace levantarme y aplaudir porque es justo lo que más echaba de menos en los últimos años. Hay cosas buenas y cosas malas en este equipo, pero mientras esto de lo que hablo se de, vamos a ganar muchos puntos. 

El gol de Rakitic, ese gol con el culo, fue pura potra. Pero quedarse en eso es muy superficial. Rakitic metió ese gol porque la suerte, antes de tenerla, hay que buscarla. Rakitic metió ese gol porque el equipo estaba arriba presionando como hacía años que no veíamos. Y si lo marca con el culo, pues ole. Nos reímos y sacamos chistes. Pero la realidad es que este equipo, la actitud de este equipo, no tiene nada que ver con lo de las últimas dos o tres temporadas. 

Esa es la verdadera importancia de meter el gol con el culo de ayer. 

viernes, 21 de septiembre de 2012

Otro triste

Harto.

Hasta los huevos, hasta los cohones, hasta las narices, hasta el último pelo, hasta el gorro...

Más o menos, palabra arriba, palabra abajo es como me siento. Como me llevo sintiendo desde hace tiempo. La situación actual es la más complicada que recuerda mi generación de treintañeros, aunque nuestros mayores nos aseguran que las ha habido peores. La Historia lo certifica. También hay que tener en cuenta que por muy mal que nos encontremos, siempre hay alguien peor. Muchos, muchísimos, millones de personas, hoy día, están radicalmente peor que el que peor se encuentre de los que puedan leer esto. Para una parte de ellos es la recaudación del partido que se juega la semana que viene en el Sánchez Pizjuán con motivo de la despedida de Frederic Kanouté. Pero no es de esto de lo que quería hablar. Sólo lo utilizo para explicar mis motivos cuando digo que procuro no quejarme demasiado. No me gusta quejarme demasiado, aunque a veces me pase con ello (soy débil), porque siempre - SIEMPRE - te puedes encontrar con alguien que esté peor y que convierta tus quejas amargas en lamentables ridículos. Quejarse es lícito, pero con mesura, con cuidado, sin excesos ni sobre-actuaciones.

El otro día, Cristiano Ronaldo se quejaba de no sé que, afirmando estar triste. Ridículo, no: lo siguiente. Pues eso. A eso me refiero. Y ahora viene otro con tristezas, decepciones y gaitas varias.


Antes que nada, una vez más, y lo he hecho en muchas ocasiones, quiero mostrar mi profundo respeto por el sentimiento nacionalista de quien lo tenga y respete de igual forma lo que pueda sentir yo. Dicho queda.

Mas está triste porque no le ha sacado los cuartos a Rajoy. Y no se los ha sacado (como sí que hizo con Zapatero) porque Rajoy tiene mayoría absoluta y no le necesita, mientras que Mas no la tiene y necesita al PP catalán para seguir gobernando. Zapatero, por su parte, no tenía dicha mayoría en Madrid, con lo que necesitaba de otros, y los catalanes, como siempre, se aprovecharon de tal circunstancia para sacarle (sacarnos a los demás españoles) todo lo sacable.

Donde las dan, las toman. Arrieritos somos y en el camino nos encontraremos. A la cárcel vas a venir a robar.

Ahora Mas llora por las esquinas porque no le han dado lo que quería. En verdad, lo que hace es remover la mierda que procede para echar la culpa al Estado de la escabechina que está haciendo en su querido país en forma de recortes. Y plantea la cosa con el argumento de que como ellos no nos dan lo que pedimos, no tenemos bastante dinero y hemos de recortar. Eso sí, las embajadas catalanas en el extranjero que no valen para una puta mierda no tienen cojones de cerrarlas, y perdón por el lenguaje, pero es que estos temas de demagogias y tal me sacan de mis casillas.

Respiro hondo y sigo.

...

Ya..., creo.

Lo que decía, estoy más que harto de los tristes estos. De que se quejen en público ante otros que tienen muchísimos más motivos para quejarse, y mucho más en el caso de Mas, que es responsable de la mayoría de las quejas de buena parte del mismo público ante el que él ahora se está quejando. Menos quejas y más honradez, más sensatez, más gestión en condiciones.

Lo que tiene uno que tragarse, Dios mío.

No voy a entrar a analizar los por qués de que piense que eso de la independencia es una soberana gilipollez que ni ellos mismos tiene los huevos de plantear en serio. Esto no es más que un enseño la piedra, pero luego me la guardo. Que si la tiro y fallo, la pierdo y luego no la puedo volver a enseñar. Algo así, en otro ámbito absolutamente diferente, están haciendo algunos alrededor de nuestro Sevilla FC. Y yo me pregunto, ¿qué hemos hecho nosotros para merecer esto? Nosotros, los que nos levantamos todos los días para ir a trabajar o para buscar algo que hacer durante el día en estos tiempos en los que encontrar un trabajo por parte de quien no lo tiene es algo parecido a una quimera. ¿De verdad estamos obligados a aguantar al cristianito de turno quejándose de yo qué sé qué? ¿O al Mas que toque en cada momento diciendo no sé qué de impuestos, dineros y demás? ¿De qué coño hablan? ¿Por qué no nos dejan sufrir en paz?

Es que lo único que se me ocurre decirles es que se vayan a freír morcillas, por no mandarlos a tomar por culo, que eso queda un poco feo. A tomar viento fresco, ahora que aún hace calor, que es bastante más poético.

Disney Junior. Canal número 71 del dial de Digital +. Eso es lo que se sintoniza en mi casa la mayor parte del día porque a mi hijo le gusta. Me parece mucho más interesante ver las aventuras y desventuras de Mickey Mouse, Epi y Blas y, por supuesto, Coco, que lo que dicen estos esperpentos día tras día, con el eco que le dan los lamentables medios de comunicación incluidos.

Anda y que os den a todos. Tristes, que sois todos unos tristes.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

El provocador

He dicho más de una vez que alguien con la forma de ser de Jose María del Nido nunca sería amigo mío. No me importa reconocer que el presidente del Sevilla es un personaje que me cae mal, al menos la imagen que proyecta al exterior. No me gusta esa arrogancia, esa prepotencia, esas frases grandilocuentes que a menudo se tornan hasta casi ridículas. Me produce rechazo esa forma de hablar que tiene, esa manera de decir las cosas que a menudo son malinterpretadas porque la literalidad es tan contundente que acaba anulando el verdadero sentido de la frase. Luego, los titulares en prensa son los que son y hasta que uno no lee la declaración completa, no acaba de entender del todo lo que quiso decir. 

La semana pasada, respecto a los precios de las entradas para el partido contra el Real Madrid, dijo que a él sólo le interesaban los socios del Sevilla. Literalmente, parecía como si dijese que los que no son socios no tenían ninguna importancia para él, cuando el sentido verdadero de lo que dijo era que no quería que el estadio se llenase de "madridistas de pueblos". Este tipo de cosas hacen que ciertos periodistas den palmas con las orejas porque les facilitan el trabajo una barbaridad y ponen una alfombra roja para los que están buscando el más mínimo resquicio para meterse con él. Y mucho más últimamente. 

Ayer fue la última. Ayer, el señor Del Nido, después de decir algo tan "modesto" como que dentro de cien años se seguirá hablando de él como presidente, se despachó a gusto asegurando que los Biris no son nada porque se disolvieron hace más de veinte años. Ya está. Ya lo tienen. Ya lo tienen con tanta intensidad que yo creo que la prensa tuvo que dudar sobre qué titular poner: si lo de los cien años o lo de que los Biris no son nada. 

De lo de los cien años no diré nada porque es cierto, por mucho que me cause repulsión una frase tan vanidosa, tan arrogante. Igual que hoy día se recuerda a Sánchez-Pizjuán, en el futuro se hará lo propio con Del Nido. No está bonito que alguien diga algo así de sí mismo, pero es cierto. Por otra parte, lo de los Biris también lo es, en cierta manera, pero me parece muy torpe hablar de ese modo con la que está cayendo. Muy torpe, o demasiado inteligente. Demasiado hasta pasarse y convertirlo en algo perjudicial. 

Vamos a ver, yo también he pensado varias veces en los últimos tiempos que los Biris no son nada en el sentido de que no son asociación, ni peña, ni organización formal ni nada por el estilo. Los Biris son un grupo de individuos como lo puede ser una pandilla de amigos, no una persona jurídica, un estamento, una institución o algo así a quien poder dirigirse oficialmente. Esto no les quita legitimidad, ni mucho menos, faltaría más. El hecho de no estar dados de alta en ningún registro no quita para que se les deba tener respeto. Y la frase de Del Nido es muy irrespetuosa. Justo lo contrario de lo que se necesita en estos momentos, cuando la mayoría de la afición clama para que se tiendan puentes de entendimiento entre ambas partes y que esta situación tan complicada acabe de una puñetera vez. 

En mi opinión, Del Nido es todo un provocador. Provoca allá por donde va, con aquello de comerse el león hasta el rabo, o con lo de que la deuda del Sevilla era calderilla, o con lo de que a cambio de Messi mandaba a Barcelona las botas de Jesús Navas (fue por Messi, ¿no?), o por lo de que Rijkaard no tendría sitio en el Sevilla porque el filial ya contaba con un entrenador, o mismamente por la forma en que se regodea al calificar a nuestra competición como "liga de mierda". Provoca continuamente porque, supongo, es lo que le gusta, se maneja bien en esos ambientes, en esas circunstancias. Pero, ojo, provoca cuando quiere provocar, no son cosas que se le escapen porque no es capaz de contenerse. Por ejemplo, al Betis y al beticismo ha podido ponerlo de vuelta y media a lo largo de los últimos años, y mucho más después de lo que tuvo que aguantar con Lopera, y sin embargo nunca se ha metido con ellos ni lo más mínimo. Tampoco es persona de criticar a los árbitros, y eso que ha tenido ocasiones de sobra para montar varios cristos, uno tras otro. Por tanto, creo que podemos afirmar que no dice esas cosas tan chirriantes al azar, sino que lo hace con perfecto conocimiento de causa. De causa y de consecuencia. 

No me gusta esa forma de comportarse. Reconozco que el Sevilla se ha beneficiado muchísimo en estos últimos años de tal cosa, pero no me gusta. Es cierto que esa osadía, esa insolencia, ha permitido al club plantearse retos antes inimaginables. Y obtener unos resultados ni soñados por el más aventurado de los sevillistas. Eso no se puede negar, en absoluto, y podemos decir con la boca llena que es uno de dos mejores presidentes de la historia de la entidad (no me gusta olvidarme de Sánchez-Pizjuán sólo por no haberlo conocido). Pero esa personalidad también puede hacer mucho daño. Incluso, creo que puede llegar a ser hasta su perdición. 

Con el asunto de los Biris, esa afirmación que decía antes no viene a cuento. Por mucho que, en el fondo, sea cierta (formalmente, oficialmente digamos), no viene a cuento. Hace un tiempo aseguró que no volvería a decir nada del asunto, pero no desperdicia una oportunidad para hacerlo. Para provocarles, parece, porque no entiendo qué otro motivo puede haber. Y no me gusta que se comporte así, es una opinión personal. Creo que es necesario que los ánimos se relajen, que los Biris entiendan que no podemos aceptar a los violentos, pero a los demás (que son mayoría) sí. Y que queremos que vuelvan al estadio. Creo que la postura del club está clara, que no es necesario recalcarla más. Y también que sería conveniente ir tendiendo la mano para que los que nunca debieron irse, vuelvan. Lo ideal sería sentarse a una mesa a hablar y acabar con el problema, pero si eso no puede ser, al menos no echar más leña al fuego. 

Sinceramente, no sé hasta donde se quiere llegar con este asunto. En una disputa, es legítimo pretender acabar como vencedor, pero no tanto humillar al contrario. Y estas frases de Del Nido son humillantes para con ellos. No me gusta, ya digo, esta forma de proceder. Estoy convencido de que no hacen otra cosa que entorpecer el posible remedio y agravar aún más la situación. 

lunes, 17 de septiembre de 2012

¿Nos creemos lo del punto de inflexión?

Hacía tiempo que no iba ver un partido al estadio, pero el otro día, una buena persona tuvo un enorme detalle conmigo y eso me permitió ser testigo de la importantísima victoria del Sevilla contra el Real Madrid.

Yo no voy al estadio, no porque esté cabreado don Del Nido, ni porque hayan puesto unas vallas en Gol Norte, ni por mostrar mi repulsa por según qué cosas ni por nada por el estilo. Yo no voy al estadio porque mi economía no me lo permite. Y cuando digo que no me lo permite me refiero a que para poder ir, tendría que darle menos de comer a mi hijo. Y, como comprenderéis, eso no es de recibo. Tengo la esperanza de que el negocio que monté hace año y medio siga creciendo como lo está haciendo hasta ahora y que cuando mi chaval tenga un poco más de edad (ahora tiene 3 años), pueda sacar el abono para los dos e ir a todos los partidos (si Mr. Roures y sus horarios me lo permiten).

Mientras, pues no es posible, simple y llanamente. Por tanto, de las primeras cosas que se me pasaron por la cabeza cuando accedí al coliseo fue algo así como: "anda que por los cojones iba yo a dejar de entrar aquí si tuviera ocasión de hacerlo en todos los partidos". Luego vi el ambiente que había en la grada. No estaba llena, digamos que había como tres cuartos de entrada. Pero la gente estaba absolutamente entregada, lo cual me hizo sentir muy satisfecho. Y entonces se me vinieron a la mente los comentarios que se pudieron leer - escuchar durante la semana previa al partido cosas como:

"Qué bonito va a estar el Sánchez Pizjuán cuando se escuche más a los catetos animando a su Madrid que a los propios sevillistas"

"Espero que a Del Nido se le caiga la cara de vergüenza cuando vea que el ambiente en el estadio va a ser del TBO"

"El Madrid encontrará aquí la presión infernal del estadio de El Madrigal en Villarreal"

La falta de respeto al sevillismo por parte de una parte del propio sevillismo es flagrante. O yo no me entero de nada, o esto se puede interpretar como que "como la afición del Sevilla, aparte de los Biris, no animan al equipo, pues aquello será algo así como un funeral". Es un menosprecio enorme a dicha afición. Yo, al menos, me siento menospreciado por quien se pronuncia así. Es como si la gran estrella de un equipo no puede jugar un partido por estar sancionado, y va el tío y se despacha diciendo que dicho equipo perderá seguro porque sin él no tienen nada que hacer. Con dos cojones. Por supuesto, los Biris son la estrella de la afición. Pero sin ellos, los demás también saben hacer ambiente. No tanto como ellos, pero tampoco es para despreciarlos de esa manera.

Al final, el estadio echó de menos a los Biris, como es natural, porque son únicos animando, porque son el alma de la afición, pero aquello no fue un funeral ni se escucharon a los catetos madridistas. Más bien al contrario, el ambiente en la grada fue magnífico. Por cierto, recalcar que lo que se echó de menos no fueron a los Biris en sí, sino sus cánticos y ánimos. Lo digo porque la grada baja de Gol Norte estaba bastante poblada. Pero bastante. Eso sí, no era ni por asomo lo que suele ser. Que yo no digo que Biris Norte, como colectivo, oficialmente, no entraran. Pero su parte de la grada estaba prácticamente llena.

Sea como sea, me quedo con este tuit de Antonio Luna



Es justo así como yo pienso.

Del partido no voy a comentar gran cosa porque ya se ha dicho todo lo que había que decir. Pero sí quiero hacer mención a la actitud del equipo. El Sevilla jugó el sábado justo como a mí me gusta que se juegue. Con garra, con corazón, con intensidad. Por supuesto, se vio claro que el equipo se está trabajando, que ya se juega a algo, que el planteamiento fue un éxito. Pero nada de eso vale si los jugadores no se emplean a fondo. No se trata de hacer un juego muy bonito y vistoso, ni de tocar y tocar el balón, ni de tener eternas posesiones o dominar el balón más que el contrario. Tampoco de encerrarse atrás y hacer de frontón a la espera de que suene la flauta en algún contragolpe. Se trata de jugar a algo, de saber lo que se hace, sea lo que sea, y llevarlo a cabo. Y también de dejarlo todo en el campo, de correr más que el contrario, de acosarlo, presionarlo, aburrirlo, desquiciarlo. Hacía tanto que no veíamos a un Sevilla así. 

Para mí, este resultado (y más aún el partido que se hizo) es un espaldarazo al proyecto de Michel, el cual lleva trabajando los deshechos de la plantilla que dejó Marcelino desde el último tercio de la temporada pasada y ahora parece que se están empezando a ver los frutos. Ya el partido contra el Rayo fue bastante bueno, lo que pasa es que aquel día la pelotita no entró y contra el Madrid sí. Pero no debemos llevarnos a engaño. El equipo tiene un problema de cara al gol, no deja de tenerlo. Yo creo que esto es cuestión de rachas, pero si esta no llega pronto, el trabajo que decía antes valdrá de bastante poco. El Sevilla parece haber logrado consistencia defensiva, tiene fuerza en el centro del campo, no maneja mal el balón y se despliega en ataque con velocidad. Incluso, da la sensación de que, por fin, los jugadores andan metidos en el ajo (algo que el año pasado no era así). Pero de cara a puerta somos una calamidad. Y no se trata tanto de que falten delanteros como de que los que hay las metan. No debe cegarnos el sensacional resultado contra el Madrid porque, igual que el partido contra el Rayo se gana 49 veces de 50, el del sábado se pierde casi en la misma proporción si no somos capaces de rematar la faena. Y ocasiones hubo para ello. 

Espero de corazón que estemos en el camino. Que el partido contra el Madrid sea, como dicen, un punto de inflexión. Que se siga jugando así a la espera de que los delanteros las enchufen. Pero que las enchufen de una vez. No me gustaría que esto fuera la reedición de aquel 0-0 en el Camp Nou del año pasado, sino el comienzo de algo mucho más positivo. No nos queda otra que esperar para comprobarlo. Pero la espera es más agradable con la sonrisa de oreja a oreja que en estos días mostramos todos. 

viernes, 14 de septiembre de 2012

El ignorante.

Siempre supuse que a medida que uno va cumpliendo años, se vuelve más sabio porque va a aprendiendo cosas. Sin embargo, en mi caso (en dos meses cumpliré 38), hay ocasiones en las que me sucede justo lo contrario. O quizás no tanto así, sino que igual que voy conociendo cosas y esas mismas cosas me abren nuevas dudas que, curiosamente, son más grandes que las anteriores que acabo de resolver. En definitiva, a menudo pienso que la vida es algo así como un laberinto en el que, mientras más te adentras en él, lejos de aproximarte a la salida, resulta que el asunto se vuelve cada vez más complicado hasta el punto de alejarte de ella. Esto es a veces apasionante porque supone ir superando retos, uno tras otro. Pero también puede llegar a ser frustrante por estar siempre enredado en menesteres que parecen inexplicables o de difícil solución. 

Hace ya tiempo que aprendí a no creerme nada. En dos acepciones. A no creer que soy algo en concreto, y a no creerme de entrada cualquier cosa que me digan. A pedir explicaciones, justificaciones, demostraciones. A ser desconfiado y receloso. A no seguir a nadie aceptando como válido cualquier argumento que le de por dar. Evidentemente, hay personas que me merecen más confianza que otras, pero también es cierto que no les doy crédito eterno. Acepto el riesgo de que alguna vez me fallen. Sé que es posible que eso pueda ocurrir. De hecho, ya lo he sufrido en ciertas ocasiones. 

Y es que lo que hoy damos por sentado, mañana se cae por su propio peso. Yo un día fui un joven muy ambicioso, doblemente licenciado, dominador de un par de lenguas, con estudios en el extranjero, con un historial académico brillante (al menos para mí, aunque ahora pienso que quizás no fuera para tanto). Era arrogante, vanidoso, incluso engreído. Me veía capaz de comerme el mundo porque hasta entonces, dentro de mi ámbito de actuación, era justo lo que había hecho. Me sentía un triunfador y no veía motivo para dejar de serlo. 

Hoy, sin embargo, sigo siendo todo eso, pero de otra forma. Estoy orgulloso de lo que he hecho en mi vida. De a donde he llegado, a pesar de que, objetivamente, no es gran cosa. Sigo siendo arrogante, aunque no lo demuestro porque no me gusta ofender. Lo de vanidoso quizás lo he perdido por el camino porque soy consciente de que puede llegar a ser hasta ridículo, pero no me creo menos que nadie. Puede que haya muchos con más que yo (más dinero, más belleza, más conocimiento...), pero, como persona, nadie es más que yo porque sí. Ni yo más que ningún otro, por eso digo lo de que la vanidad lo he ido abandonando con el tiempo. ¿Y engreído? La vanidad y el engreimiento van de la mano, con lo que también lo dejé de lado. Pero a veces, cuando alguien trata de ofenderme, saco a paseo los restos que me quedan de todo eso para reivindicarme. Sigo viéndome capaz de cualquier cosa, aunque no las haga por conformista o por una simple cuestión de pereza. Y me sigo sintiendo un triunfador, pero triunfador de cosas pequeñas, no de grandes titulares para el currículum de mi vida. Triunfador por tener una familia unida, porque mi hijo salga corriendo a abrazarme cuando me ve a la salida del colegio, por haber sido capaz de salir de un año en paro montando mi propio negocio, aunque sólo me de para pagar facturas y comer todos los días (quien sabe si mañana irá a más, ¿por qué no), por haber consolidado este blog y así poder llevar a cabo una de mis grandes aficiones: la escritura..., son muchas pequeñas cosas que hacen que me sienta inmenso, aunque no es el tipo de logros que se utilizan para ir fardando por ahí. 

No obstante, poco tengo que ver con lo que fui. Ni tampoco con lo que siempre supuse que llegaría a ser. Pero eso no me frustra, simplemente me confunde. Y, quizás como medio de autoprotección, no pienso en grandes planes de futuro, no me hago ilusiones. Si hace diez años era una cosa tan diferente a lo que soy ahora. Si por aquel entonces yo tenía el propósito de llegar a ser de tal manera y el resultado ha sido tan divergente, ¿de qué sirve nada de esto? ¿De qué? ¿Por qué hace cinco años me pude gastar un buen dinero en pasar mis vacaciones en el extranjero y ahora tengo casi que pedir ayuda para llegar a fin de mes? ¿Qué sentido tiene hacer planes si un simple golpe de viento te puede poner la vida del revés?

A pesar de que los adjetivos que me calificaban hace diez años siguen ahí, en mi interior, latentes quizás, ahora prefiero autodescribirme como ignorante. Así me quito de presión. No sé, y esa ignorancia explica mis errores. Tampoco sabía antes, claro, por eso el resultado de lo que supuse que sería no tuvo nada que ver con eso que supuse. Pero antes no sabía que no sabía. Ahora sí. Y es curioso, porque en aquella época me parecía ridículo ese dicho "sólo sé que no sé nada". Y ahora lo entiendo a la perfección. Sólo sé que soy un ignorante. 

Volviendo al principio, a medida que van pasando los años, voy aprendiendo cosas. Voy sabiendo más. Pero esa sabiduría abre nuevas puertas a mi ignorancia. Sé más cosas, pero por culpa de eso me doy cuenta de que ignoro muchas más. Soy más sabio, pero eso me hace comprender que soy más ignorante. Antes desconocía mi ignorancia porque sabía menos y, en mi inocencia juvenil, me creía más de lo que he llegado a ser. 

Y como colofón, he ganado un adjetivo: humilde. Humilde de bolsillo y humilde de carácter. Son tantas las hostias que me he llevado, en lo personal y últimamente en lo económico, que no ser humilde me parece un ejercicio aberrante de chulería. Humilde, pero orgulloso. 

E ignorante.

martes, 11 de septiembre de 2012

El Cortijo - segunda parte.


Después de mi último post en el que exponía mi opinión sobre esto que algunos llaman "el cortijo" en que se está convirtiendo el Sevilla, he decidido profundizar un poco en dicha opinión porque hubo quien me dijo que me quedé en la superficie de las cosas. A mí las críticas me gustan, me motivan, hacen que me esfuerce más y me hacen aprender. Bueno, todas las críticas no.



Algunas, como la de este señor Jose Luis Villa me molestan especialmente. No por lo de patético, que eso me da más bien igual, sino porque uno hace un esfuerzo para buscar información, plantear un post, estructurarlo y escribirlo. Luego saldrá mejor o peor, pero el esfuerzo está hecho. Y me molesta una barbaridad que, después de eso, haya gente que se despache con una frase malsonante, con un improperio o con un comentario - spam, (el mismo en todos los posts). Me parece una falta de respeto que yo procuro por todos los medios no cometer con los demás. Si el post sale mal, si las opiniones no están bien fundamentadas o si cometo un error, pues se me dice y justifica. Entonces yo me explicaré o asumiré lo hecho mal, me excusaré y lo tendré en cuenta. Estas son las ocasiones en las que uno aprende... de sus propios errores. Bueno, doy por hecho que este señor Villa (del que no sabía nada hasta ese día) se ha leído mi post. De otra manera, esa opinión carece totalmente de fundamento.

De todas maneras, después de recriminárselo, matizó sus palabras, lo cual le honra. Que todo hay que decirlo. 



Y ahora va la profundización de la que hablaba al principio. Es evidente que para tener el control de una sociedad no hace falta el 51% de las acciones. De hecho, no hace falta tener ni tan siquiera una sola. Las sociedades son controladas por los consejos de administración, que hacen y deshacen en función de los poderes que les han sido otorgados. Si uno se imagina a una gran multinacional que cotice en bolsa, el accionariado suele estar muy repartido, salvo por ciertos personajes, empresas, sociedades o instituciones que tienen algún paquete importante y colocan a gente de su confianza en dicho consejo. Es común que quien posee las acciones no se dedique a gestionar la empresa directamente. Eso lo hacen los consejeros. Y si lo hacen mal, quien posee las acciones puede provocar que sean relevados. Y es justo aquí a donde quiero ir. 

Yo no voy a poner en duda que la directiva actual del Sevilla está haciendo cosas mal. Tampoco, que estén llevando a cabo movimientos para acaparar peso en el accionariado. Ni siquiera que estén utilizando al Sevilla para beneficio de empresas propias (como se comentó hace poco, aunque es algo perfectamente legal). Incluso, me puedo creer que si esto sigue así durante años, es posible que acaben por hacer del club un cortijo. Pero, actualmente, el club no lo es. Y el mejor ejemplo de lo que estoy diciendo es precisamente el Betis de Lopera al que tantos aluden para justo lo contrario. 

El Betis era de Lopera. Lopera tenía la mayoría absoluta de las acciones y hacía y deshacía a su antojo. A Lopera no había forma de echarle de allí. De hecho, hubo de hacerlo por vía judicial, y porque cometió delitos. De no haberlo hecho, allí seguiría al frente del Betis hasta que le diera la gana de vender sus acciones. 

Esto en el Sevilla, no pasa. Por mucho poder que tenga Del Nido, esto en el Sevilla no pasa. Por muchas acciones que compre Del Nido, será difícil que esto pase en el Sevilla, al menos a medio plazo. Incluso teniendo en cuenta que, probablemente, sea quien controle también el grupo de Sevillistas de Nervión. Da lo mismo. En el Sevilla hay posibilidad de cambiar la directiva. En aquel Betis, no. 

Y esto entronca con algo que llevo reclamando a los que con tanta vehemencia reclaman a Del Nido que se vaya: ¿a quién ponemos en su lugar? No es sólo que se vaya, sino que hay que sustituirle. Y yo pienso que esos que tango hablan, que tanto amagan, que tanto enseñan la piedra, pero que no la arrojan, deberían dejar de hacerle daño al Sevilla. Y si de verdad piensan que Del Nido ha de irse, si realmente creen que eso es lo mejor para el Sevilla, que dejen de hacer el tonto y vayan por derecho, como se hacen las cosas. Que busquen un buen sustituto, que convenzan a los accionistas de que eso es lo mejor. Que denuncien de una vez lo que se hace de ilegal en el Sevilla. O lo que, siendo legal, es inmoral o contraviene lo que siempre se prometió que se haría. 

Esto es posible en el Sevilla. Esto no era posible en el Betis. 

Y si no pueden convencer a los accionistas, pues ya saben con quien más se han de meter. Con los que rechazan al candidato y mantienen al presidente actual. Porque Del Nido, a día de hoy, con la situación actuas, no puede hacer del Sevilla su cortijo sin la aquiescencia de un número de señores cuyas acciones sumen más del 51%. Podrá controlar todo lo que uno quiera, que lo hará, pero hay métodos para echarle. Así que a mí me gustaría que se pusiera al Sevilla por encima de todo y se dejara de hacer daño al club. Que se pusieran todos manos a la obra para echar a la actual directiva con los métodos que existen. Porque no entrar al estadio y no animar hace daño al Sevilla. Ir por platós y emisoras aireando mierda hace daño al Sevilla. Criticar por criticar sin aportar soluciones hace daño al Sevilla. 

Y alguno me dirá que más daño hace al Sevilla Del Nido con su actitud, a lo que yo le contestaría que precisamente por eso escribo lo que escribo. Lo que digo es que si tanto daño le está haciendo la directiva al Sevilla por esas cosas que ellos saben y los demás no (pero que no acaban de decir), lo que hay que hacer es echarles, no emplear métodos inútiles que lo que hacen es hacerle aún más daño al club. El que le hace la directiva y el que le hacen los otros por no llevar a cabo las acciones necesarias para quitar de en medio a los gestores actuales. Por mucho que controle Del Nido, es posible quitarle de en medio (al contrario que pasaba con Lopera). Y si los accionistas que ahí le mantienen impiden que eso ocurra, también habrá que pedirles responsabilidades a ellos. ¿O no es así? ¿O es que Del Nido los tiene secuestrado y/o amenazados?

Es que si es así, ya se está tardando en poner una denuncia en el juzgado más próximo. 

Por tanto, en conclusión, admito sin problemas que Del Nido controla absolutamente el Sevilla FC hoy día. Y sin tener, ni mucho menos, el 51% de las acciones. Siendo, además, responsable de lo que se hace y de los resultados obtenidos. Pero, por mucho que controle, vuelvo a decir, hay mecanismos para poder echarle. No dudo que probablemente sean muy complicados de activar, pero los hay. (En el Betis de Lopera no los había). Y esos mecanismos no consisten en hablar cosas por las radios, en escribir artículos incendiarios (y a veces bastante redundantes) ni en ir por platós y emisoras aliviando despechos. 

Aquí debería tratarse de buscar el bien para el Sevilla, no a ver quien hace más daño. 

viernes, 7 de septiembre de 2012

El cortijo

Últimamente, como si de un mantra se tratase, se viene escuchando mucho eso de que "el sevillismo" no quiere que los Del Nido & Cía. conviertan al Sevilla FC en su cortijo particular. Entrecomillo "el sevillismo" porque proliferan personajes que se arrogan la responsabilidad de hablar en nombre de toda la afición. La afición piensa lo que piensan ellos y quien no lo haga, es que no es afición. No es buen sevillista. Esto hace tiempo que pasa, pero ahora sorprende por los vaivenes en la opinión de según qué personas. Y siguen hablando de "el sevillismo". En fin. Igual es que yo no soy sevillista y aún no me enterado, pero tengan claro que nadie habla por mi, solo yo.

Antes de seguir, querría apuntar cómo está repartido el accionariado del Sevilla FC. Más o menos, y si estoy equivocado y ha habido algún movimiento del que no he tenido noticia, por favor, corríjanme.

Rafael Carrión----------------- 16% (Máximo accionista del club a nivel individual. Sigue comprando acciones)
Sevillistas de Nervión --------- 46% (Dentro del grupo, Del Nido es el que más tiene tras comprar el paquete de De Caldas, pero no llega al 16% de Carrión)                                                                                                      
Jose María del Nido
Roberto Alés
Jose Gómez Miñán
Jose Martín Baena
Paco Guijarro
Pepe Castro

Federación de Peñas ---------- 11%
Pequeños accionistas ---------- 27%

En el Sevilla, a título individual, nadie tiene más de un 16% y la gobernabilidad se garantiza gracias a la suma de las acciones de los miembros de Sevillistas de Nervión.

Es mi intención dejar claro esto antes que nada porque lo que quiero decir es que el Sevilla es una empresa privada cuyos dueños son los accionistas. Y los socios ya no son socios, ahora son abonados. El Sevilla no es un club (eso era antiguamente), aunque ponga "club" en su nombre oficial, de igual forma que FC Barcelona de balonmano juega al balonmano aunque en su nombre ponga la palabra "fútbol". Los abonados no tienen nada que ver con la empresa, como sí pasaba con los socios cuando esta era un club. Los abonados pagan por asistir a los eventos que esa empresa privada organiza, que son partidos de fútbol Nada más, ni más ni menos, y el resto son ideas románticas y trasnochadas basadas en lo que una vez fue, pero que ya no es. 

El Sevilla es una empresa que no es propiedad del sevillismo, sino de sus accionistas. Y visto como está el reparto accionarial, hoy por hoy es imposible que dicha empresa se convierta en el cortijo de nadie. Después de comprar las acciones de De Caldas, Del Nido apenas llegará a un 15% del capital social. Carrión, que no deja de comprar acciones según palabras del propio Del Nido, apenas tiene un 16%. Salvo cosa extraordinaria y altamente improbable, el Sevilla no puede ser de una sola persona. Cualquiera que lo controle, necesitará el apoyo de otros muchos para ello. Y dejará de hacerlo en cuanto pierda dicho apoyo. 

En los últimos tiempos se ha puesto de moda el concepto "loperización", con el que se intenta comparar lo que está haciendo Del Nido en el Sevilla con lo que hizo Lopera en el Betis. Claro que quienes hablan en estos términos no dicen que Lopera sí que era dueño del Betis. Dueño él solito para hacer y deshacer como le viniera en gana. En el Sevilla, eso es imposible. Del Nido no puede hacer lo que le de la gana sin el apoyo de otros. 

En estos mismos últimos tiempos también se escuchan voces que piden la cabeza del presidente. Una parte de ellos siempre han pensado igual, lo que pasa es que ganando títulos es muy difícil pedir la dimisión de nadie. Ahora que la cosa va un poco peor, salen de sus escondites, que es a donde volverán si a la pelotita le da por volver a entrar. De entre estos, algunos son fieles a sus propias ideas y son capaces de distinguir entre lo que se hace bien y lo que se hace mal. Tienen todo mi respeto, aunque a menudo no piense como ellos. Otros, simplemente dan palos a diestro y siniestro, sin importarles contradecirse con lo dicho en otras ocasiones con tal de poder seguir dando palos, y nunca, JAMAS, aceptando nada que pueda haberse hecho bien. Estos, por contra, y como ya he dicho en otras ocasiones, no me merecen el más mínimo respeto. Y si para colmo tienen la desfachatez de hablar en nombre del sevillismo, como decía al principio, pues apaga y vámonos. Que hay que ser soberbio y vanidoso, o directamente tenerla dura como el cemento armado (la cara, por supuesto). 

Ya digo que este tipo de personas siempre ha estado ahí, pero ahora se les han unido en su empeño de deshacerse de Del Nido otros que hasta hace dos días le bailaban el agua a cambio de sus buenas prebendas. Y, aprovechando el conflicto con Biris Norte, se han desmelenado absolutamente. La decepción que me he llevado con Cristóbal Soria, por poner un ejemplo, es de órdago. Un personaje al que he admirado y defendido fervientemente, ahora aprovecha las aguas revueltas para ir de flor en flor aliviando sus despechos por platós y emisoras. Arremete contra Del Nido y Vizcaíno especialmente, aprovechando las circunstancias, el viento a favor que produce la situación. La corriente de opinión, el enfado del sevillismo por los malos resultados y por las medidas desaforadas tomadas en Gol Norte. Ahora, sí. ¡Qué fácil!

Claro que mañana entra la pelotita y esa corriente de opinión cambia por completo. ¿Qué pasará entonces? Cuando la gente se entusiasme de nuevo con el equipo y deje de oír las quejas y reproches de quienes los tengan, ¿qué harán? ¿Seguirán llorando por las esquinas? ¿Cambiarán de discursos y volverán a subirse al barco? ¿Serán capaces de hacerlo? ¿O quizás no les importaría tanto que al equipo no le fuera demasiado bien para así demostrar que ellos tienen razón, que el Sevilla es un cortijo y que sus dirigentes han de irse? Porque esto no depende de los dirigentes, depende de la pelotita, que si entra o no entra. 

El Sevilla no es un cortijo. No puede serlo debido al reparto accionarial que tiene. Del Nido está en el poder porque un grupo de accionistas se lo permite y le apoya. Estos personajes, los conocidos, los no conocidos, los líderes de los Biris etc., se quejan del presidente y de algunos directivos como si fueran dueños del club. Pero yo no he escuchado a nadie quejarse de Roberto Alés, de Martín Baena, de Gómez Miñán, de Paco Guijarro... Y son ellos los que permiten que Del Nido esté ahí. Sin ellos, Del Nido estaría fuera. Sin ellos, Del Nido no es nadie, ni siquiera el máximo accionista del club. Este es Rafael Carrión, Dios nos libre de volver a tenerlo en el poder, ni en primer plano ni en la sombra. 

Y lo peor es que esto lo saben muchos de los que tanto hablan. Por no decir todos. Pero lo suyo es personal. No tiene nada que ver con gestiones, fichajes, medidas, etc. (esto es otro tema porque aquí se están haciendo algunas cosas bastante mal, pero no es esto a lo que me refiero). Esos son los argumentos, las armas que utilizan para seguir con su guerra personal. Y, lo que es más grave, lo que más me molesta, dicen lo que les conviene para atraerse a una parte de la afición y utilizarla como una masa de personas que está en contra de la directiva. Repito, para UTILIZARLA. Me molesta mucho que personas con poder, prestigio, reconocimiento o fama utilice a otras para sus cuitas personales. 

Si mañana la pelotita entra, el sevillismo los olvidará para disfrutar de eso, de su sevillismo. Porque el sevillismo es mucho más que los personajes que en cada momento de la historia han tenido fama o reconocimiento. Los personajes pasarán, pero el Sevilla continuará. El sevillismo es un sentimiento muchísimo más fuerte que lo que puedan estar de acuerdo o no unas personas con otras. Será eso, el sevillismo, el sentimiento, lo que se los llevará a todos por delante, se llamen gurús, iluminados o líderes de la animación. 

Hace unos años se hablaba de la Fábrica de Humo. La afición estaba en contra de la directiva y le gritaba aquello de ¿donde están los millones? ¿Quién sabe si dentro de un tiempo nos estaremos descojonando de los que hablaban de cortijos y demás gaitas como ahora hacemos con aquellos de la fábrica de humo?


jueves, 6 de septiembre de 2012

Bolinaga


¿Lo recordáis?



Puede que haya gente que lea esto y que fuera demasiado joven cuando se hicieron estas fotos. Son de 1997. Hace 15 años. Se trata de Jose Antonio Ortega Lara, la persona que más tiempo pasó secuestrada por ETA en toda su historia. Desde el 17 de enero de 1996 hasta el 1 Julio de 1997. 532 días. Año y medio. En los primeros días de secuestro, su aspecto era este:


 Y ya veis como lo devolvieron. En esta foto ya está limpio y arreglado. Y también extremadamente delgado




Lo normal, después de pasar año y medio en este zulo:




A cargo de esta panda de hijos de puta que en la siguiente foto ríen entre ellos y se cachondean del personal durante su juicio. Bolinaga es el del centro, el de los pantalones verdes. 



Bolinaga está en la cárcel, por supuesto, pero ahora lo quieren dejar salir por motivos humanitarios. Resulta que ahora su aspecto está un poco desmejorado por un cáncer que padece:



Viendo la foto, parece evidente que los años no han pasado en balde, tiene un aspecto regular. Y ya no se rie como durante el juicio. Pero es curioso que el de Ortega Lara tras año y medio de secuestro era muchísimo peor. Y eso que él no tenía ningún tumor. Bolinaga pide que le excarcelen por humanidad, ya que tiene una enfermedad terminal, pero su aspecto es mucho mejor que el que tenía la persona que él mismo apresó. 

Por supuesto, la celda de Ortega Lara era muchísimo peor que la de Bolinaga. Y la comida. Y las condiciones de vida. A Ortega Lara no le podía visitar la familia durante el cautiverio. Ni un médico. Ni un abogado. Nadie, más que nada porque sólo este hijo de puta de la foto y sus secuaces conocían su paredero. Lo de Bolinaga es distinto. Todos sabemos donde está Bolinaga. Tiene una amplia celda con televisión y come tres veces al día. En la cárcel cuenta con un equipo médico perfectamente preparado. Y si ese equipo no le puede atender bien, se lo llevan a un hospital, todo pagado por los españoles, incluído Ortega Lara. Puede recibir visitas de familiares, amigos y también de sus abogados. Vive privado de libertad, es cierto, igual que le pasó a Ortega Lara. Pero sus condiciones de vida son muchísimo mejores que las de este en su cautiverio. Cautiverio que provocó él. Por eso está en la cárcel. Esa es la razón. Ortega Lara no hizo nada para que le apresaran. No cometió ningún delito. 

Miren, yo soy demócrata y pacífico. No creo en la pena de muerte y estoy de acuerdo en que los presos han de estarlo en ciertas condiciones. Yo no soy como ellos. Ellos han de pagar por lo que hayan hecho, pero ya está. Yo soy humano, no un animal hijo de puta como la pseudo-persona esta que ahora, afortunadamente, parece que se muere. Y sufriendo. Como merece. 

Y como soy humano, o sea, que tengo humanidad, estoy de acuerdo con que se le aplique dicha humanidad al desecho humano este. Estoy de acuerdo con que se le trate su enfermedad. Con que se le aplique el tratamiento necesario (aun pagado por todos los españoles). Con que se le ofrezcan las condiciones adecuadas para que viva lo que le quede por vivir con un mínimo de eso, de humanidad. Ya digo que yo no soy como él. Yo no quiero que lo metan en un zulo como el de Ortega Lara. No quiero que lo mal - nutran como hicieron con ese pobre hombre hasta el punto de dejarlo famélico. No quiero que lo metan en un lugar aislado y desconocido donde nadie lo pueda visitar. No quiero nada de eso para él. 

Lo único que quiero para él es que se muera en la puta cárcel como el animal que es. La humanidad que exige la ley se la daremos en forma de comida, cama, ventana al exterior, tratamiento médico y régimen de visitas. Justo lo que él le negó a Ortega Lara. Porque no somos como ellos. Pero que se muera en la cárcel. 

Hijo de puta. 

Desgraciadamente, mucho me temo que eso no será así. Y por muchos recursos que ponga la Fiscalía en contra de la excarcelación concedida por el Gobierno, por el Juez o por quien coño sea, este tío morirá en su casa como no merece. Y al final, los demócratas, pacíficos y humanos nos tendremos que tragar nuestra rabia mientras estos animales se ríen. Así es la vida que estos políticos de mierda nos quieren imponer.  


martes, 4 de septiembre de 2012

Menudo país de mierda.

Ayer saltó a la palestra una noticia que me inquietó una barbaridad. Resulta que los que llaman "la troika", es decir, los representantes del la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional que están revisando el cumplimiento de las exigencias impuestas a Grecia a cambio de su rescate, han propuesto que en el país heleno se amplíe la jornada laboral a seis días semanales. O sea, que el sábado se trabaje como si fuera martes o jueves. Y ganando lo mismo, claro. Y si puede ser menor, pues mejor.

Para mí esto es alarmante porque, como dice el refrán "cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar". España no es Grecia. Y espero de corazón que España no llegue a lo de Grecia. Portugal e Irlanda también fueron rescatados y mantienen el tipo de mejor manera que los griegos, con lo que no estamos abocados necesariamente a lo que les pase a estos últimos. No es lo que me inquieta, sino el hecho de que estos señores tengan ideas por el estilo en la cabeza. Es algo que impondrán o no, pero lo tienen en cuenta. ¿Qué otras cosas se les podrán ocurrir mientras nosotros, inocentes de nosotros, seguimos sufriendo las consecuencias de algo que no hemos provocado?

A mí me parece una noticia brutal, algo verdaderamente inquietante. Aquí no hablamos de pagar un eurito por receta médica o de que nos suban unos céntimos el tabaco, la gasolina o el billete de autobús. Aquí hablamos de cargarnos literalmente, y de un plumazo, algo por lo que lucharon (y murieron) muchas personas durante décadas, por no decir siglos. Es algo abrumador, digno de que nos echemos a temblar, primero, y a la calle con palos después. 

Aparte, ayer también comenzó a correr el rumor de que el Gobierno se va a ver abocado a echar mano del Fondo de Reserva de la Seguridad Social, más conocido como la "hucha de las pensiones", para poder pagar estas. Ese fondo se creó en el año 2.000 y a él iban destinadas las cantidades procedentes de los superávits que durante años ha obtenido la Seguridad Social, para poder pagar las pensiones si la evolución de la economía produce una situación de emergencia. Es decir, que los españoles con nuestros impuestos no generamos los dineros suficientes para pagar las pensiones y hay que recurrir a lo que tenemos ahorrado. Teniendo en cuenta que la cosa va cada vez a peor, ¿qué va a pasar? ¿Gastaremos lo ahorrado? ¿Y luego, qué? ¿Subirán más los impuestos? ¿Bajarán las pensiones? ¿Todo junto, quizás?

Para mí, estas dos noticias merecerían toda nuestra atención. TODA. Son cosas gravísimas que nos deberían poner alerta. De modo que anoche, después de todo un día de trabajo, llegué a casa y puse la televisión para ver el telediario. Me interesaba saber qué pasaba con estas cosas que tanta preocupación me causan. Y me encuentro con que el asunto al que más tiempo dedicaron fue a eso que dicen de que Cristiano Ronaldo está triste. 

Os juro que casi me caigo al suelo de la impresión. No me lo podía creer. Mi mujer, madridista ella, se reía para con esa risa esconder la terrible vergüenza ajena que estaba pasando. Inconcebible. De verdad que me preguntaba qué pasaría por la cabeza del periodista que hablaba ante la cámara. Si vería normal lo que estaba haciendo, si lo hacía por agarrarse como una lapa a su puesto de trabajo  porque la cosa está muy mala, o si detrás de su gruesa capa de maquillaje, los colores se le subían a las mejillas por la vergüenza. 

Es que, simplemente, no me lo podía creer. Emitieron un amplísimo reportaje sobre el tema, hablaron sobre ello supuestos "expertos", preguntaron a jugadores y/o entrenadores de otros equipos (grandiosas las palabras de David Albelda cuando, la noche anterior, le inquirieron sobre esto y contestó que le daba igual Cristiano y que le preguntaran por el partido del Valencia). Y luego, no contentos con ello, se fueron a la calle a palpar la opinión de la gente. Y yo sentí vergüenza de vivir en el país que vivimos. 

Menudo país de mierda. ¿Liga de mierda, decía Del Nido? Se quedó corto. Muy corto. País de mierda, ya digo. ¿Qué nos está pasando? ¿Cómo permitimos que nos aborreguen de esta manera? ¿Acaso somos todos gilipollas? He leído por ahí a gente que, con razón, dicen que este tío (el Cristiano, me refiero) es imbécil, carajote, inmaduro, soplapollas, subnormal... de todo. Otros dicen que debe estar enfermo, que vive en otro planeta (esto lo dije yo), o que, simple y llanamente, es el personaje con más jeta que se recuerda en muchísimo tiempo. Pero si sólo fuera eso. Si sólo se tratara de las tonterías que dice un tonto, pues no pasaría nada. ¿Qué va a hacer un tonto sino decir tonterías? Es lo más normal del mundo. Lo grave, lo verdaderamente grave, es que esto sea noticia de portada en TODOS los informativos de este país de mierda, que se le dedique más tiempo que el estrictamente necesario para llamar gilipollas al nota este. Que la gran preocupación sea lo que siente o deje de sentir un niñato forrado de pasta que tiene unos celos enfermizos de otros compañeros de profesión o que no acepta que haya jugadores que ganen más que él. 

Esto clama al cielo. Que se produzcan noticias tan graves como la oleada de incendios que nos está asolando este verano, las hambrunas en el cuerno de Africa, los hatianos que, dos años después del terremoto, siguen viviendo en tiendas de campaña porque la ayuda prometida nunca llegó.... Con la que estamos sufriendo aquí en España, con casi seis millones de parados, con gente pasándolo verdaderamente mal, con una generación de jóvenes que está ya perdida para siempre por la mierda de educación que les han dado y porque ahora se les cierran las puertas del mercado laboral. Con una sociedad que apenas tiene futuro, que apenas ve futuro, ahogada por los ajustes de una crisis que no provocaron mientras los que sí que lo hicieron se siguen llevando calentito.... Incluso en el propio deporte, si no queremos ponernos tan dramáticos, con esos atletas paralímpicos dando una lección de entereza, de superación, de dignidad, de... DE COJONES, en estos días en Londres... con todo eso y tanto más que me dejo en el tintero... ¿la noticia que se resalta es que Cristiano Ronaldo ha dicho que está triste?

Y si ese tío está triste, ¿cómo me encuentro yo? ¿Cuándo me suicido?

Lo que digo. Vivimos en un país de mierda. E igual nos merecemos todo lo que nos está pasando. 

lunes, 3 de septiembre de 2012

Soy mortal, no iluminado.

Vaya por delante que no ganar un partido en el que te pitan dos penalties a favor, y que no es contra Madrid o Barcelona (los cuales te meten seis y te golean aunque metas los dos penalties), es una aberración, es algo imperdonable. Y mucho más tratándose de un equipo que intenta convencer a quien sea de que trata de aspirar a algo que no sea una digna permanencia. Yo acabé ayer cabreado como una mona, igual que cualquier persona medio normal que se diga sevillista. Pero no se me fue la olla, como parece que les ha ocurrido a algunos, a la hora de tirar mierda contra el equipo.

De toda la vida se ha dicho que la gente descarga con el el fútbol las tensiones que sufre en su día a día. Es un clásico el chiste sobre el señor que grita en la grada todo lo que la señora no le deja en casa. Y supongo que, con la que nos está cayendo en los últimos años en forma de crisis económica, esto se acentúa. Pero sería bueno no perder la cabeza, mantener un poquito de coherencia entre lo que se dice hoy, lo que se dijo ayer, y lo que se dirá mañana si aún vivimos. Es cierto que me he sentido muy complacido al ver a personas que han criticado con fiereza la planificación deportiva del club en los últimos tiempos, pero que ayer reconocieron que, a pesar de lo ocurrido, el equipo ha mejorado ostensiblemente. Esas personas tienen todo mi respeto y sus críticas (cuando se produzcan) las leeré y tendré en cuenta porque me dan credibilidad.

Pero luego está todo lo demás.

Este año, el Sevilla sólo va a jugar con un delantero nato y se tiene a un titular (Negredo), a un suplente (Babá) y a un canterano (Alex Rubio). Esta semana no ha podido viajar Babá por tener un abceso en la zona inglinal, o lo que es lo mismo: un grano junto a los huevos. Pues para eso se tiene a Alex Rubio, para que tenga sus minutos y se vaya haciendo futbolista cuando Babá tenga un grano en los huevos o Negredo se resfríe o se tuerza un tobillo. En ese sentido, entiendo bien poco que el iluminado de turno me diga ahora que vaya gol que ha marcado el jovencísimo Stanislav Gilippollowski en un equipo ruso desconocido para el común de los mortales no iluminados, el cual lo fichó por cuatro duros, y que lo podría haber contratado Monchi para paliar la escasez de delanteros del primer plantel. Claro que si Gilippollowski viene, le cierra las puertas a Alex Rubio.

Estos son los mismos que luego se llevan las manos a la cabeza por haber traído al jovencísimo Kondogbia para cerrarle las puertas a Campaña. Claro que, de no haberlo traído, igual el jugador se sale en su club de origen y Campaña hace tres partidos malos, momento que se aprovechará por el iluminado para criticar a Monchi por no haber traído a ese jugador cuando estuvo a tiro. Que el nombre de Kondogbia ya nos suena a todos, pero de no haber venido, le podrían llamar Gilippollowski o Suputamadrov, que los mortales nos hubiésemos quedado igual. Y entonces, ¿poner a Campaña es contar con la cantera y hacerle hueco a Alex Rubio es dejar sin ataque a la plantilla?

A mí eso me parece una incoherencia, pero os recuerdo que yo soy mortal, no iluminado. Y si me sacáis del Ajax de Amsterdam, yo de fútbol internacional no entiendo ni papa. Hace unos años me interesaba más, pero ya hace tiempo que no. Y que conste que yo no alcanzo a comprender qué coño pasa con Campaña. Me encantaría que jugase y que se confirmase como lo que parece ser. Pero de ahí a despotricar a los cuatro vientos sin tener ni idea de lo que hablo, va un trecho. Y en este punto de no saber de lo que hablo, me acuerdo de Luna y de su no convocatoria para el partido contra el Rayo. A mí no me cabe en la cabeza que Luna no fuera a ese partido, y mucho menos cuando andábamos cortos en la banda izquierda. Pero antes de fulminar a Michel a críticas sin saber qué coño pasa, me hago la siguiente pregunta. ¿Y si Luna ha tenido un grave problema personal, del que no quiere que se entere el público porque para eso es personal, y le ha pedido a Michel que le deje en Sevilla para solucionarlo? ¿Alguien puede asegurar que eso no es así? ¿O es que los jugadores van a tener que contar todas sus intimidades para que los iluminados se queden satisfechos? Yo no tengo ni idea de lo que ha pasado con Luna. Pero precisamente por eso, porque no tengo ni idea, pues prefiero callar, que las personas somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras. Y para hacer el ridículo siempre hay tiempo.

Volviendo al principio, lo del partido de ayer fue una calamidad, pero parece mentira que cualquier persona que lleve unos años viendo fútbol se rasgue las vestiduras del modo en que he visto y leído a algunos. Jodidos estamos todos. Y cabreados. Y hasta estupefactos. Pero cosas así se han visto a menudo, hasta el punto que en su tiempo se decía aquello de "jugar como nunca y perder como siempre". Ayer me acordaba de un partido del final de la temporada 2006/2007, con un Sevilla que arrasaba allá por donde iba, campeón de la UEFA, finalista de esa competición otra vez, y de Copa del Rey, y que aspiraba nada menos que a la liga. Íbamos a Tarragona para jugar contra el Nastic y las espadas estaban en todo lo alto. El equipo jugó a su estilo y creó una infinidad de ocasiones. No metió ni una a pesar de Kanouté y Luis Fabiano y también de esa segunda línea tan goleadora. Y, para colmo, acabó perdiendo porque el Nastic metió la que tuvo. Todos nos acordamos de que esa liga nos la robaron en un nefasto arbitraje en Mallorca, pero de haber ganado aquel partido ante el Nastic, lo de dicho arbitraje igual no hubiese tenido la más mínima importancia.

Por cierto, no es la primera vez que el Sevilla falla dos penalties en un partido. Es la tercera. En la primera ocasión, uno de dichos penalties lo falló Montero (canela pura). Y en la segunda, Kanouté. Repito, Kanouté.

Con esto quiero decir que es una calamidad no ganar un partido como el de ayer, pero son cosas que pasan a veces. Y si ayer perdimos dos puntos que merecimos, otro día ganaremos otros dos inmerecidos y se compensará. Quedan 35 jornadas. Por eso a la liga se le llama la competición de la regularidad. Porque al final todo acaba compensado. Esto, cualquiera que sepa un mínimo de fútbol lo sabe. Pero algunos lo obvian para así poder dar palos al Sevilla FC. Allá cada cual con lo quiere hacer, pero a mí ese tipo de personas no me merecen demasiada credibilidad.

Cabreos como monas aparte, a mí ayer el Sevilla me gustó mucho. El equipo sigue yendo a más. Hace dos días, los iluminados decían que los equipos se construyen desde atrás, que una buena defensa es imprescindible, que las delanteras ganan partidos y las defensas campeonatos. Decían muchas gaitas del estilo para criticar al Sevilla por su mala defensa. El Sevilla ha traído a dos jugadores para mejorar en ese aspecto. Y curiosamente, la primera vez que ambos jugadores (Cicinho y Botía) juegan juntos, el Sevilla hace un partido defensivamente soberbio. Aparte, el club ha reforzado otras posiciones. ¿Es de esperar que cuando jugadores como Maduro o Kondogbia entren, el equipo mejorará aún más de sus defectos del año pasado que se siguieron viendo en estos últimos tiempos? Porque para eso han venido. ¿No es digno de alegría ver que Rakitic va mejorando partido tras partido? ¿Me permiten ustedes pensar que cuando Perotti vuelva, igual el equipo no estará tan descompensado, con una banda derecha tan buena y una izquierda tan huérfana?

Que igual nada de esto sucede, los iluminados tienen razón y el Sevilla está para 43 puntos y muchas gracias. Que no lo niego. Pero es que van tres partidos y todo lo que he dicho es cierto. ¿Me permiten ustedes tener precaución y paciencia, o tiramos a todos a los leones (León de San Fernando incluído) y dejamos de ver fútbol.

Por cierto, chorrada que se me acaba de ocurrir: si un león se come a otro león, ¿eso es canibalismo, o este concepto es sólo aplicable a los humanos? ¿Antropofagia, quizás? En fin, no hacedme caso. Perdón por la interrupción.

Es cierto que el Sevilla lleva cinco puntos, que hemos perdido una ocasión enorme de llevar siete y que ahora viene lo gordo y lo chungo. Pero lo gordo y lo chungo lo tienen que pasar todos, no sólo nosotros. Después de lo gordo y lo chungo, sigue el campeonato. Y mientras el resto de equipos pierden sus puntos contra los gordos y chungos, nosotros podemos recuperar distancias. Ayer lo dijo el entrenador del Rayo: de 50 partidos como el de ayer, ganamos 49. Por tanto, si el equipo sigue progresando como se le está viendo progresar, vamos a ganar muchos partidos y podremos aspirar (quizás) a la sexta plaza.

O no, yo qué sé, igual no. Pero, joder, que van tres partidos. Que lo de ayer no fue normal, aunque no es la primera vez que se ve. Que la crítica está bien. Es más, es imprescindible. Hace unos días daba las gracias a quienes exigen y exigen porque he de reconocer que yo soy más conformista que otros y esa exigencia es necesaria. Pero critiquemos con un poquito de sentido, de rigor, de coherencia. Porque, de otra manera, esa crítica pierde credibilidad y parece como si se quisiera dar palos por darlos. Y eso es algo que a mí no me parece bien.

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